En épocas de crisis, como la que estamos viviendo ahora, cualquier medida de ahorro es bienvenida e intentamos ‘estirar’ al máximo la vida útil de todo aquello que ya tenemos. Y, por ello, nos inclinamos más a reparar nuestros electrodomésticos que a comprar nuevos. ¿Estamos haciendo lo correcto?
Lo correcto pasa por analizar bien la situación más ventajosa para nuestra economía y no dejarnos llevar por el rechazo a un gasto mayor de lo esperado ya sea en compra o en reparación de electrodomésticos.
No hay duda cuando el coste de la reparación de nuestro electrodoméstico es igual o superior al precio actual de un aparato nuevo de similares características. El problema de decidir aparece cuando el coste de la reparación es significativamente inferior.
Una correcta toma de decisiones siempre tiene debe basarse en una información clara que nos permita escoger, lo más objetivamente posible, la mejor opción. Para el caso de la reparación de electrodomésticos, algunos economistas recomiendan usar el ‘método contable de amortización de electrodomésticos’.
El concepto de amortización se traduce en distribuir el coste o valor de la adquisición de un producto duradero (electrodoméstico, portátil, automóvil, etc.) a lo largo de su vida útil. Esto es, distribuir el coste inicial a lo largo del tiempo pero teniendo en cuanta los servicios que proporciona y su depreciación debida al uso.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que compramos un electrodoméstico cualquiera por 400€. En función del tipo de electrodoméstico, marca, etc. tendrá una vida útil media (ya hemos hablado de ello en varios artículos de nuestro blog), supongamos de 10 años.
Cada año que pasa, nuestro electrodoméstico pierde valor (depreciación). Si consideramos una depreciación lineal (que no siempre es el caso), cada año que pasa nuestro aparato tiene valor de 40€ menos (400 € / 10 años). Es decir, tendríamos el cuadro de amortización siguiente:
Ahora supongamos que, por ejemplo, en el noveno año, nuestro electrodoméstico tiene una avería. El valor actual del aparato es de 40€ y, además, sabemos que está casi al final de su vida útil con lo que vendrás más averías.
Supongamos también que, actualmente, en el mercado, un aparato con similares características, tiene un precio de 500€, también con una vida útil de 10 años y, por tanto, con una amortización anual de 50€.
Y como no queremos hacer un desembolso de 500€, decidimos reparar nuestro viejo electrodoméstico.
Veamos posibles escenarios:
El arreglo tiene un coste de 100€ que debemos amortizar en los dos años de vida útil restante del electrodoméstico, es decir, (40 + 100) / 2 = 70€ al año.
No conviene la reparación del electrodoméstico porque el coste de los dos años siguientes es superior al de comprar el nuevo aparato. Y, además, el nuevo tiene una vida útil de 10 años más.
El arreglo tiene un coste de 50€ que debemos amortizar en los dos años de vida útil restante del electrodoméstico, es decir, (40 + 50) / 2 = 45€ al año.
En este caso, sí compensaría el arreglo del electrodoméstico por el menor gasto anual en depreciación.
El arreglo tiene un coste de 100€ pero alarga la vida útil del aparato otros 2 años. En este caso, la depreciación sería de (40 + 100) / 4 = 35€
También compensaría la reparación del electrodoméstico.
Estas son las matemáticas. Luego, la economía particular de cada uno entra a formar parte de la decisión….
Si necesitas reparar cualquier electrodoméstico de línea blanca, contacta con nosotros» y te informamos sin compromiso. Recuerda que instalamos y mantenemos aparatos de todas las marcas y modelos del mercado.